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Tercera
Parte, Capítulo 10
AURORA DE LA ÚLTIMA ERA ESPIRITUAL - AMÉRICA, CUNA DE LA NUEVA CIVILIZACIÓN, QUE SALVARÁ EL MUNDO
Podemos observar que la humanidad, por medio de núcleos
esparcidos por toda la tierra, ha buscado una mejor situación espiritual.
En ese sentido, vemos el trabajo que, hace más de medio siglo, vienen realizando las sociedades espiritualistas y mentalistas, con sus
ramificaciones por todas partes. Y si estas sociedades no han llevado la Verdad a los pueblos; ellas, por lo menos, vienen (aunque sin conciencia exacta de sus altos fines) preparando el ambiente espiritual para emprender el
resurgimiento más grandioso que el futuro depara al mundo, con el conocimiento de la Incomparable Doctrina, mantenida ausente tanto tiempo, que
parecerá como una cosa realmente nueva, una poderosa bendición de los Cielos para todos los países, que la recibirán con alegría, y iniciará una nueva era en la Historia Universal.
Los que ya principiaron la marcha en el Camino fiel del Cristianismo, pasados los temores y desconfianzas de los primeros momentos,
encontraron la Doctrina que todo el mundo esperaba poseer, y digna de la
aceptación de todos.
¡No puede haber, ni habrá Doctrina más sabia ni más auspiciosa; es la Vid del Cristianismo, cuyos brotes comienzan a florecer, para que la
humanidad beba el jugo puro de la Vid, y no el vinagre con hiel, que le dieron a beber por vino generoso!
¡Es la Unificación con Dios, el conocimiento de Dios, profetizado en el Apocalipsis de San Juan; el MISTERIO DE DIOS, que será conocido en la tierra; anunciado, para estos tiempos, por el Profeta Daniel, más de seis
siglos antes de la Venida del Redentor!
¡Las almas desilusionadas de las religiones encontrarán la Fuente
donde saciarán la sed de conocimientos espirituales, el Manantial de Sabiduría
Inagotable!
¡Las plumas de los "escogidos" cantarán loores a la Verdad
Incomparable, y a medida que la Doctrina se extienda por el mundo, extenderá por donde pase la alegría y el consuelo, el optimismo y la
esperanza!
Como en todo lo que se inicia, será preciso emplear grandes esfuerzos; mas la Verdad, como Luz resplandeciente en las Tinieblas del mundo,
abrirá camino, cada día más amplio, en las conciencias en letargo de una
generación ¡cansada de tanto engaño y de tanta
desilusión!
No seré yo quien aplauda lo que está por venir, serán, también, los que tuvieren la verdadera Fé conciente, raciocinada, los que han de dar
testimonio de la Doctrina del Cristo, que renace en el Siglo XX.
Parecerá una irrealidad podérense convencer de que lo que leyeron y releyeron millones y millones de personas, en las Escrituras, no fue
comprendido, ¡porque faltaba la Llave Sublime, que abre todos los Misterios, que descorre todos los velos, y hace ver la Verdad en su pureza diamantina!
¡El misterio del Cristo se aclara; y el Dios Desconocido, será
manifestado! ¡El Misterio del Padre, dejará de ser Misterio, porque la claridad del Cielo alumbrará a los
hombres!
Hermanos Israelitas:
¡No habrá mas persecuciones, porque os tornaréis amigos del Cristo, que repudiabais por
incomprensión!
¡Pueblo todo, preparado por Dios, podeis oír Su Voz, en vuestras
almas! ¡Oíd Su Mensaje! ¡Aguzad el vuestro entendimiento, que la Aurora de una Nueva Era comenzará a iluminar los
espiritos!
¡Hombres de talento: hombres optimistas, hombres altruistas,
investigad la Luz en vosotros mismos... y llegaréis a convertiros en Heraldos de la Verdad, en Salvadores y cooperadores del bienestar de las almas y del mundo!
¡Brasil, pueblo espiritualista: a ti es dado el
"Maná Escondido"; pueblo de conceptos altruistas y cuna de una nueva civilización, acepta la dádiva de ser el pueblo privilegiado para los grandes destinos que la Providencia, en Sus designios, superiores a la razón humana, te tiene predestinado!
¡América toda, la de estirpe nueva, Patria de la Reforma del futuro próximo: levántate y saluda al nuevo Oriente de tus futuras lucubraciones con el Himno de la Paz y el Estandarte de la
Verdad!
Pueblos todos del Orbe: ¡Alegraos, aunque no lo sepáis, el día por que anhelasteis llegó! El tiempo confirmará esta
profecía.
Sin temores, sin vacilaciones, espíritus que amais a Dios, recibid el Mensaje que os es dado en este libro. No hagáis caso de vuestros
pensamientos, haced abstracción de todo vuestro pasado; ¡renováos,
renovando vuestra mente, porque sin renovación no hay
evolución!
Comprended vuestra elevadísima misión y no rehuséis el galardón de gloria que os espera: ¡felizes los pueblos que no resistieren a la
Verdad!
FIN
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Las
Dos Grandes Leyes Espirituales
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