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  Las Dos Grandes Leyes Espirituales

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Presentación

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1 Cap.7
 
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1 Cap.9
 
1 Cap.10
 
1 Cap.11
 
1 Cap.12

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2 Cap.2
 
2 Cap.3
 
2 Cap.4

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Las Dos Grandes Leyes Espirituales
Descerrando el velo que oculta el Misterio de la Voluntad de Dios

Tercera Parte, Capítulo 9
LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL EN LA LEY DE OBEDIENCIA
DESENVOLVIMIENTO DE LA VISIÓN Y AUDICIÓN ESPIRITUAL

Hacer un estudio completo de los beneficios que la humanidad recibirá con el MISTERIO, que por primeira vez es enseñado al mundo en un libro, sería un trabajo tan complejo como sublime: complejo, por la variedad de asuntos que comprende en sí la práctica de la Santa Doctrina, como sublime por su incomparable belleza.

¿Cuántas almas anhelan poseer un conocimiento aproximado siquiera del mundo del Más Allá? ¿Cuántas, desdichadas, lamentando la pérdida de los seres queridos, quedaron desconsoladas, sin esperanza de tornar a verlos?

¿Cuántas, en la soledad de la noche, esperaban recibir alguna pequeña manifestación que fuera, de los seres que tanto amaron, que recuerdan, con lágrimas en los ojos, y suplican por su bienestar en el mundo espiritual?

¿Cuantos hombres incrédulos cambiarán su vida, aceptando la Verdadera Vida, que es Espíritu y no materia? ¡Cambiad de Ley, abandonad el Error! ¡Abrazad la Verdad! ¡En el Misterio del Cristo en nosotros hay riquezas inconcebibles, que hacen olvidar, o atenuar, las tribulaciones de nuestro exilio de los Cielos!

¡Cuán grande es la felicidad de las almas que pueden hablarnos, como se lo hiciesen cuando estaban aún en la tierra! ¡Qué felicidad sana invade el espíritu cuando se "oye" el sonido cariñoso de las "voces amigas", que recordamos con ese sentimiento profundo del amor sincero!

¡Todo el oro del mundo nada es, comparado con el Poder que tenemos, los que fuéremos a la vanguardia; y que poseerán los que no dudaren de las grandes promesas del Divino Redentor, conociendo Su Doctrina Verdadera!

¡Dichosos los hombres que conocieron la Verdad! 

Cuando ningún espíritu nos puede hacer mal, porque tenemos el Espíritu del Poder Celestial; cuando la Voluntad de Dios manifiéstase en nosotros; cuando Él reina en nosotros: ¿Si Dios es con nosotros, quien será contra Él?

No sentiremos ya el miedo, hijo del atraso de las almas, porque el Rayo de Luz ilúminó nuestro Entendimiento Espiritual, el Entendimiento de Cristo, de Dios en nosotros, que crece a medida que nos identificamos más con Él y conocemos Su Potencia.

La humanidad vivió muchos siglos distanciada de la Verdadera Doctrina, porque los hombres materiales, en su ignorancia, apagaron la Luz que brillaba en las almas en que vivió Cristo.

Fue por la Fe que los hombres se salvaron, por la Fe todo fue hecho; por la Fé conciente y razonada, que nos lleva, de jornada en jornada a una continua ascención y que nos hace penetrar todos los Misterios, imposibles de seren transmitidos al mundo.

El consuelo y la esperanza son superiores a todo lo imaginable...

Nadie se considere indigno de humillarse ante Dios que, con la MENTE DE CRISTO perfeccionada en nosotros, bajo Su Dirección, con su Luz, ¡lo más increíble se transforma en Realidad!

Su Poder Espiritual en nosotros es inigualable; los "hombres-dioses" son los que tienen consigo a DIOS, con el Espíritu de Cristo; son los que tienen la joya del Espíritu... porque el Espíritu les habla... Quien no posee el Espíritu no tiene la Verdad.

Nadie puede alcanzar la Verdad sin luchas. Para todo se requiere esfuerzos tenaces; sin perseverancia nadie puede ver el fruto de su labor. El secreto de la Doctrina está en esa confianza ilimitada que tenemos en el amparo de nuestro Padre Común.

¡Rechacemos todas las teorías de los hombres con sus ritos y ceremoniales, que no nos traen ningún provecho espiritual! Oigamos la Voz Celestial, que nos impele a sacudir las negras vestes de una falsa espiritualidad; vistámonos de la vestidura de la Fé y del manto de la Realidad...

¡Abandonemos ese fetichismo disimulado, ese misticismo impuro y atrofiante! ¡Procuremos la Senda de la Felicidad Interna, venciendo al mundo! ¡Mas nadie podrá vencer al mundo sin tener el Espíritu de Cristo! ¡Ganemos tiempo, porque las profecías cumplidas y las que están cumpliéndose ahora, nos anuncian el fin de los tiempos! ¡No nos dejemos sorprender por los acontecimientos! ¡Benditos los apercibidos! ¡Abandonemos los incrédulos, que para ellos no es la Verdad!

Descansemos de nuestros trabajos, que, dentro de la LEY DE OBEDIENCIA, Dios hará todo en nosotros!

¡Reunámonos, los que tenemos la misión elevada de conocer la Verdad, y de darla a conocer! ¡Procuremos nuestra verdadera Salvación, que nos librará de tantas muertes! ¡Cumplamos nuestro deber, salvando a nuestro prójimo!

¡Que diferente seria el mundo, si todos amasen la Verdad! ¡Permitíd que Cristo more en vuestras almas, haciendo la Voluntad del Padre Onipotente!

!Responded al llamado que hace la propia conciencia! ¡Abrid camino para que el Señor, el Cristo y Dios, more en vosotros! y con la Luz de la Verdad, dé la Conciencia Celestial a todos Sus "escogidos".

¡Desilusionados de la vida, para vosotros es la Verdad! ¡Los que amáis la Justicia Inmanente, la Justicia Divina, justificad vuestras almas, dentro de la Obediencia a Dios!

¡Procuremos la Verdadera Fraternidad Cristiana, constituida por todos los que tenemos del Espíritu de Cristo!

¡Trabajemos por el advenimiento de una nueva raza espiritual en América! ¡Y extendámosla por toda la tierra!

¡Operemos en todo sentido para la difusión de la Fe, basada en la Razón!

¿La Fe razonada, demostrada, extraída de la Ciencia de Dios, nos dice: ¿Vinisteis al mundo por tu voluntad?; ¿Dejas el mundo por tu voluntad?; ¿Tienes conciencia de que eres Señor de tu Destino, y de reencarnar a tu voluntad?

- Señor, ¿y el que se suicida, no lo hace por su voluntad humana?

- ¡Jamás! ¿Viste u oíste decir que alguien se prívó de la vida sin ningún motivo, sin ninguna causa? Apartadas las causas, desapareció el efecto; y la "causa primaria" no depende del hombre, porque nadie, por su voluntad humana, desea lo que no le conviene: el amante no se habría suicidado, sí hubiese sido correspondido; el ebrio, el neurasténico, retiradas las causas, no se suicidan; y así en todos los casos. Dentro de la LEY DE LIBERTAD, el hombre tiene que pasar por todas las experiencias, hasta que comprenda la Verdad y entre en la LEY DE OBEDIENCIA, que lo librará de todas las causas que no le convienen.

¿Qué es la vida? Una succesión de acciones, desde el nacimiento hasta la muerte; acciones pensantes y acciones materiales. Pues bien, si el nacimiento y la muerte obedecen a Dos Leyes, una que da la Vida y outra que da la Muerte, los extremos opuestos, es indiscutible, racional, que todos los actos, desde el primer vagido, al nacer, el origen, hasta el último suspiro, al morir, "obedecen", inconciente o concíentemente.

Se obedece inconcientemente dentro de la LEY DE LIBERTAD; y se obedece concientemente dentro de la LEY DE OBEDIENCIA, la LEY DE CRISTO, por la cual regresamos a Dios, de donde salimos.

"CONOZCO, ¡OH! JEHOVÁ, QUE EL HOMBRE NO ES SEÑOR DE SU CAMINO, NI DEL HOMBRE QUE CAMINA ES ORDENAR SUS PASOS." (Jeremías, 10;23).

¿Donde, pues, el "libre albedrío", la "autodeterminación", predicados del púlpito, de la cátedra y de la tribuna de todas las religiones, y escuelas filosóficas y espiritualistas?

Cumpliendo los Mandamientos y Estatutos del Señor, dentro de la LEY DE OBEDIENCIA:

"POR JEHOVÁ SON ORDENADOS LOS PASOS DEL HOMBRE, Y APRUEBA SU CAMINO." (David, 37:23).

Entrando en la LEY DE OBEDIENCIA, llegaremos finalmente a la LEY DE LIBERTAD EN DIOS, ¡nuestra Libertad Verdadera!

Unifiquemos nuestros pensamientos con Su Voluntad, armonicemos nuestros pensamientos con la LEY DE OBEDIENCIA, en los Mandamientos y Estatutos, y la Verdadera Vida se irá manifestando por etapas...

¡Formemos una cadena poderosa, armonizada en una Única Voluntad Divina!

"PROCURAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODAS ESTAS COSAS OS SERÁN ACRESCENTADAS". (S. Mateo, 6:33).

Entremos en el Reino de Dios, en nuestros pensamientos, cumpliendo Su Voluntad, para entrar en Su Luz, de la cual no hablaron los que no la alcanzaron...

No prejuzguéis, que las cosas no son como el hombre piensa:

"PORQUE MIS PENSAMIENTOS NO SON VUESTROS PENSAMIENTOS, NI MIS CAMINOS VUESTROS CAMINOS, DIJO JEHOVÁ."

"COMO SON MÁS ALTOS LOS CIELOS QUE LA TIERRA, ASÍ SON MIS CAMINOS MÁS ALTOS QUE VUESTROS CAMINOS, Y MIS PENSAMIENTOS MÁS ALTOS QUE VUESTROS PENSAMIENTOS". (Isaías, 55:8 y 9).

Dentro de la LEY DE OBEDIENCIA, Dios da, progresivamente, Sus caminos, Sus pensamientos, en su Siervo, que es Cristo en nosotros, Dios en nosotros.

"YO SOY EL ALFA Y EL OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FIN, DICE EL SEÑOR DIOS ...” (Apocalipsis, 1:8).

En la LEY DE OBEDIENCIA, vivimos dentro de la Única Vida Universal ...

No seamos simplemente oyentes de la palabra de nuestro Señor Jesucristo, mas cumplidores de la palabra de Dios.

No nos preocupemos de los juicios humanos, porque uno es el que juzga todas las cosas, Dios.

Los juicios humanos pasarán junto con los hombres.

"...MAS LOS QUE HACEN LA VOLUNTAD DE DIOS, PERMANECERÁN PARA SIEMPRE." (1, S. Juan, 2:17).

¡Busquemos el Reino Estable, Inmóvil! ¡Sólo es Verdad Absoluta lo que es eterno: Dios!

¡Desliguémonos de los lazos que aprisionan nuestra alma al mundo de los sentidos: las pasiones! Con el auxilio de Cristo en nosotros, todo es posible.

Obedezcamos a Dios como si estuviésemos en la LEY DE LIBERTAD; no porque seamos libres, mas como si fuésemos libres. ¡Esforcémonos en la Obediencia Interna hasta alcanzar la Victoria Final!

Hagámonos siervos, para llegar a la adopción de hijos obedientes, y como hijos, con Cristo, recibir la promesa:

"AL VENCEDOR, LO HARÉ SENTARSE CONMIGO EM MI TRONO, ASÍ COMO YO VENCÍ Y SENTÉME CON MI PADRE EN SU TRONO." (Apocalipsis, 3:21).

No hagamos caso de los que, viviendo en la LEY DE LIBERTAD (ley del pecado y de la muerte, ley de la desobediencia) no se salvan ellos, y impiden la salvación de los demás, con sus consejos, resultado de su ignorancia de la Doctrina Oculta del Salvador.

"QUIEN NO ESTÁ CONMIGO, CONTRA MÍ ESTÁ." (S. Mateo, 12:30).

Despojémonos de las trabas que residen en nosotros mismos; no busquemos a Cristo en las imágenes, ni en los templos, hechos por manos de hombres; procuremos a Cristo en nosotros mismos, ¡despertemos esa Conciencia Superior, que dormita en lo íntimo de nuestra alma! 

Para eso, debemos entrar en la LEY que despierta esa conciencia, eslabón que nos unifica a Dios.

El hombre, pensando que obedece a su voluntad, no hace más que obedecer a la Voluntad de Dios: estos son los que viven en la LEY DE LIBERTAD, "los que fueron creados libres por Dios". Con toda claridad, estos son creados rebeldes, desobedientes, desde Adán y Eva hasta el final del mundo, toda la Humanidad.

El hombre que piensa hacer la Voluntad de Dios, hace Su Voluntad Divina: Cristo en él resucitó de entre los "muertos" (los libres); Dios lo hizo pasar de la LEY DE LIBERTAD para la LEY DE OBEDIENCIA, revelada por nuestro Señor Jesucristo.

Espiritualmente hablando, Dios lo hizo pasar de la "muerte" para la "vida", siempre que, al hacer la Voluntad de Dios, la realice conforme sus Mandamientos y Estatutos; no siguiendo la interpretación de los hombres, sino la interpretación del Espíritu Santo, el Verbo de Dios.

No se engañen, pues, los hombres, pensando que en todo hacen la Voluntad de Dios, inclusive en aquello que sea contrario a lo determinado en Sus Santos Mandamientos, porque en este error cayeron todos los desviados, "ciegos" y "sordos" espirituales, "que transformaron la Iglesia del Señor en Sinagoga de Satanás”, engañando a toda la humanidad, y tornándose pasibles de mayor condenación, como profetizaron los Apóstoles: volvieron a la LEY DE LIBERTAD.

Mediuns: no os dejéis engañar por espíritus que en la Tierra vivieron en la LEY DE LIBERTAD. Tornaos obedientes a Dios: entrad en la LEY DE CRISTO.

Hermanos en Cristo: sí viniereis para la Salvadora LEY DE OBEDIENCIA, si entrareis en la Unificación de la Fe santa, reunamos nuestros esfuerzos. ¡Caminemos juntos, en beneficio de todos los verdaderos fieles, teniendo por postulados los sabios Estatutos del Evangelio de la Obediencia de nuestro Señor Jesucristo, Dios Omnipotente!

¡Caminemos guiados por la Luz Fulgurante de la Verdad!

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