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Novo Testamento
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2ª Epístola de
Pedro
Segunda carta de
Pedro
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Capítulos
de la Epístola
de Pedro
[01] [02]
[03]
Capítulo
2
1 PERO
hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá
entre vosotros falsos doctores, que introducirán
encubiertamente herejías de perdición, y negarán al
Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos
perdición acelerada.
2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales
el camino de la verdad será blasfemado;
3 Y por avaricia harán mercadería de vosotros con
palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya
de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se
duerme.
4 Porque si Dios no perdonó á los ángeles que habían
pecado, sino que habiéndolos despeñado en el
infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para
ser reservados al juicio;
5 Y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó á Noé,
pregonero de justicia, con otras siete personas,
trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados;
6 Y si condenó por destrucción las ciudades de
Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas
por ejemplo á los que habían de vivir sin temor y
reverencia de Dios,
7 Y libró al justo Lot, acosado por la nefanda
conducta de los malvados;
8 (Porque este justo, con ver y oir, morando entre
ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos
de aquellos injustos;)
9 Sabe el Señor librar de tentación á los píos, y
reservar á los injustos para ser atormentados en el día
del juicio;
10 Y principalmente á aquellos que, siguiendo la
carne, andan en concupiscencia é inmundicia, y
desprecian la potestad; atrevidos, contumaces, que no
temen decir mal de las potestades superiores:
11 Como quiera que los mismos ángeles, que son
mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio
de maldición contra ellas delante del Señor.
12 Mas éstos, diciendo mal de las cosas que no
entienden, como bestias brutas, que naturalmente son
hechas para presa y destrucción, perecerán en su
perdición,
13 Recibiendo el galardón de su injusticia, ya que
reputan por delicia poder gozar de deleites cada día.
Estos son suciedades y manchas, los cuales comiendo
con vosotros, juntamente se recrean en sus errores;
14 Teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben
cesar de pecar; cebando las almas inconstantes;
teniendo el corazón ejercitado en codicias, siendo
hijos de maldición;
15 Que han dejado el camino derecho, y se han
extraviado, siguiendo el camino de Balaam, hijo de
Bosor, el cual amó el premio de la maldad.
16 Y fué reprendido por su iniquidad: una muda bestia
de carga, hablando en voz de hombre, refrenó la
locura del profeta.
17 Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de
torbellino de viento: para los cuales está guardada
la oscuridad de las tinieblas para siempre.
18 Porque hablando arrogantes palabras de vanidad,
ceban con las concupiscencias de la carne en
disoluciones á los que verdaderamente habían huído
de los que conversan en error;
19 Prometiéndoles libertad, siendo ellos mismos
siervos de corrupción. Porque el que es de alguno
vencido, es sujeto á la servidumbre del que lo venció.
20 Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las
contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor
y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en
ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas
peores que los principios.
21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el
camino de la justicia, que después de haberlo
conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que
les fué dado.
22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio:
El perro se volvió á su vómito, y la puerca lavada
á revolcarse en el cieno.
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